“Terminé como administrativo sellando pases de la D y de OFI”, indicó Marcelo Rodríguez tras acusar de despido abusivo y hostigamiento.
Por Joaquín Symonds
La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) fue denunciada el pasado lunes por Marcelo Rodríguez, exfuncionario del Departamento de Marketing, quien presentó un reclamo formal contra Marcos Méndez, encargado del área de Comunicaciones y Marketing de la AUF.
Entre los nombres mencionados en la denuncia también figuran Victoria Díaz, directora ejecutiva de la AUF, y Andrea Lanfranco, integrante del Ejecutivo de la asociación y recientemente designada en un cargo de FIFA.
Rodríguez reclama $ 7.640.002 (unos US$ 180.000) por concepto de despido indirecto, abusivo y persecución laboral. El extrabajador sostiene que Méndez, Díaz y Lanfranco fueron quienes ejercieron el acoso que derivó en su cese indirecto y abusivo, según la demanda a la que accedió Montevideo Portal.
El denunciante ingresó a la AUF en 2016, en el marco del programa Socio Celeste. Hasta 2021, se desempeñó en el área de Marketing, cuando fue trasladado a la Divisional D, donde se encargaba de tramitar pases, pese a ser licenciado en Marketing. Finalmente, en marzo de 2025, renunció porque consideraba que realizaba tareas inferiores a las que correspondían con su calificación profesional.
En 2022, junto a otro funcionario de la AUF, Rodríguez había presentado una denuncia por “la tremenda situación de acoso y persecución por parte de varios funcionarios, principalmente Marcos Méndez”, según consta en el documento judicial.
De acuerdo con su versión, “nunca se investigó nada” y “la AUF respaldó enteramente a los funcionarios denunciados por ser de confianza”.
Sobre Méndez, asegura que “se sentía impune y protegido” por las autoridades de la asociación y que existieron “malos tratos hacia varios funcionarios”, entre ellos él mismo.
Cuando Díaz asumió como directora ejecutiva y Lanfranco pasó a integrar el Comité Ejecutivo, las situaciones de acoso se volvieron más frecuentes, según el relato del demandante. Rodríguez señala que “dichas funcionarias, con Marcos Méndez como secuaz, crearon un ambiente verdaderamente tóxico basado en el temor a represalias” y que “los funcionarios de la AUF vivían bajo la amenaza constante de ser destratados, humillados o despedidos”. Asegura que “se jugaba con el pan de los trabajadores todos los días” y que “Méndez lo disfrutaba”.
Méndez era el superior directo de Rodríguez, quien reconoce ese rol jerárquico, pero cuestiona el modo en que se ejercía. “A los ojos de Méndez, prácticamente debíamos ser autómatas, lacayos, personas que solo ejecutaran órdenes”, sostuvo.
A modo de ejemplo, mencionó que en 2020 —cuando Uruguay fue sede de las finales únicas de la Copa Sudamericana y la Libertadores— se contrató una empresa de cartelería “con muy malos antecedentes en el mercado”. “Le hice saber a Méndez; él mismo insistió en que siguiera con la contratación. No desobedecí su directiva, pero sí advertí sobre el prontuario negativo”, explicó, y agregó que el jerarca le pidió redactar una carta de recomendación de esa compañía dirigida a la Conmebol.
Respecto a los malos tratos y hostigamientos, Rodríguez afirmó: “Méndez intensificó su presión hacia mi persona y otros funcionarios, aumentando los destratos y el acoso, haciéndonos trabajar extensas jornadas laborales —a veces 24 horas corridas— sin compensación ni indemnización de ningún tipo, lo que generó reclamos de mi parte”.
Según el demandante, los conflictos con Méndez derivaron en su traslado en 2021 al área de Administración de la Divisional D. “La AUF me contrató como desarrollador de negocios y terminé como administrativo sellando pases de la D y de OFI”, sostuvo.
Rodríguez agregó que “más de una vez, autoridades pasaban por el hall de entrada, donde estaba mi box, con sonrisas socarronas y triunfales, haciéndome sentir mi degradación, lo que repercutió en mi vida personal, especialmente tras el nacimiento de mi primera hija”.
El exfuncionario también recordó que Méndez fue denunciado ante Conmebol por una persona cuya identidad no reveló. Según Rodríguez, la AUF no conformó el Tribunal de Ética como correspondía y, en cambio, “contrató a un experto en investigación para descubrir quién había denunciado a Marcos Méndez y cómo la información llegó a la prensa”.
Causa Abierta.
