Una reciente encuesta de la consultora Factum revela un nivel de respaldo particularmente bajo hacia la oposición política en Uruguay. Los datos indican que solo un 2% de la población evalúa que la oposición actúa “muy bien”, mientras que un 21% considera que lo hace “bien”. La sumatoria de estos porcentajes arroja que un 23% de los ciudadanos aprueba el desempeño de los partidos no oficialistas. La divulgación de estas cifras coloca un foco analítico sobre el funcionamiento y la percepción pública de los sectores políticos que no integran el gobierno actual.
Óscar Bottinelli, presidente de Factum, identificó como el aspecto más significativo de estos números el alto porcentaje de votantes de los partidos que conformaron el gobierno anterior y que en la actualidad manifiestan su desconformidad. Estos electores, según su análisis, consideran que la oposición no se desempeña mejor que el oficialismo. Esta percepción dentro de su propia base electoral potencial representa un dato crítico para las fuerzas políticas que buscan posicionarse como una alternativa de gobierno viable en el futuro mediato.
En declaraciones al programa radial Nada que perder, de la radio M24, Bottinelli desarrolló su diagnóstico. El politólogo sostuvo que la oposición “está siendo muy poco propositiva, yendo mucho al ataque personal”. Amplió su observación al afirmar que “a la oposición no se la ve planteando un modelo de país o soluciones de país”. Esta crítica central, sin embargo, fue matizada con el reconocimiento de que existen “algunos planteos interesantes” y también “algunas discusiones ideológicas” en el ámbito opositor.
Análisis de la estrategia opositora y sus divisiones
Bottinelli citó como ejemplos de esas discusiones ideológicas los debates generados en torno a la compra de la estancia María Dolores por parte del Instituto Nacional de Colonización y el proyecto de ley para legalizar la eutanasia. Sobre estos temas, el analista profundizó que se enfrentan “dos visiones del país, dos visiones de mundo, dos visiones del ser humano que son muy respetables”. Estos planteos, en su perspectiva, constituyen una parte valiosa del debate público, aunque no parecen definir la estrategia general de la oposición.
El analista recordó que aproximadamente una “tercera parte de los votantes del Frente Amplio” se muestra disconforme con el oficialismo. No obstante, señaló que el gobierno mantiene una ventaja al presentar una “línea propositiva” y abordar temas “que a la gente le pueden interesar”. Bottinelli también observó que existe un conjunto de demandas ciudadanas que el gobierno no puede resolver “con un discurso en 24 horas”, sino que sus acciones pueden mostrar efectos “a lo largo de la gestión”, un factor temporal que influye en la evaluación continua de la ciudadanía.
Consultado sobre las intenciones de potenciar la Coalición Republicana de cara a las elecciones de 2029, Bottinelli analizó la situación interna de los partidos. Manifestó que en el Partido Nacional “prácticamente no hay muchas diferencias” al respecto, y que el Partido Independiente enfrenta “muchas dificultades” para continuar “navegando” en solitario, lo que reduce sus objeciones potenciales. El escenario más complejo, según su visión, se encuentra en el Partido Colorado.
La seguridad como tema de Estado y la figura de Orsi
Bottinelli explicó que el Partido Colorado “ha quedado muy rezagado” con respecto a la expectativa de superar al Partido Nacional. Para esta formación, el riesgo radicaría en diluir “una identidad bicentenaria” al integrar una coalición electoral con el Partido Nacional. Más allá de una posible fusión partidaria, el analista señaló que lo que parece concretarse es “una acción más conjunta, coordinada, decidida entre todos, de bancada parlamentaria”, refiriéndose a un accionar en bloque de casi toda la oposición en el Parlamento.
En otro segmento de la entrevista, Bottinelli se refirió al atentado contra la fiscal de Corte subrogante, Mónica Ferrero, situándolo en un contexto nacional donde la seguridad “carece de una política de Estado”. Detalló que esta carencia se refleja en la ausencia de “una política de larga continuidad” en la materia, luego de un período de diez años en el que sí se mantuvo, y en la falta de una política “acordada y comprendida por el grueso de la sociedad”, incluyendo a los partidos políticos.
El analista afirmó que “Uruguay tiene una realidad a la cual le ha costado asumir que ya no es aquel país seguro” y que ahora es una nación “donde hay una violencia de narcotráfico u otro tipo de delito”, la cual está afectando las formas de convivencia. En este ámbito, Bottinelli consideró que se “discute poco” sobre los grandes temas del país, mientras que “el grueso de los titulares” muestran “ataques de tipo personal”.
Falta de diálogo político y críticas a la inmediatez
“Falta diálogo, verdadero diálogo que es invitarse a conversar”, enfatizó Bottinelli. No obstante, consideró que “es muy difícil” que esto ocurra cuando hay dirigentes que están “pensando en la elección del 2029” y otros en los que el analista percibe “un exceso de autismo”. En este contexto, calificó al presidente Yamandú Orsi como “un hombre de diálogo”, una característica que, según dijo, molesta a muchos “activistas de izquierda”.
“Cuando hay diálogo es que se va a sentar gente que ve el mundo distinto”, reforzó el politólogo. Refiriéndose a ciertos sectores de la propia izquierda y a otros de la oposición, Bottinelli afirmó: “Hay mucha gente que no sabe hacer alta política”. Agregó que “todavía está faltando el verdadero sentido de qué implica un diálogo político. Y que además, me parece que los dirigentes políticos están viviendo un exceso de inmediatez”.
Tras el atentado a la fiscal Ferrero, Bottinelli observó la emergencia de dos planteos principales: uno referido al nombramiento de un Fiscal de Corte titular y otro a la necesidad de modificar la ley de lavado de activos. Sobre el primero, recordó que el presidente Orsi llamó a “no entreverar los tantos”. Sobre la ley, se preguntó: “¿Realmente la ley de activos es lo que soluciona todos los problemas?” y manifestó que “se dieron pasos que son posteriores a un diálogo y no previo”.
Bottinelli señaló que “la seguridad es un tema multidisciplinario, multicausal y con multiefectos”, pero que el problema reside en que se la plantea como si pudiera solucionarse “con mucha rapidez”. Afirmó que con el gobierno de Luis Lacalle Pou se “desarmó todo lo que había hecho [el exministro Eduardo] Bonomi a lo largo de 10 años”. “Veo que está costando mucho armar políticas [de Estado] y se ha tomado como que atacar al Ministerio del Interior da rédito político”, apuntó. Dado que la seguridad es la principal preocupación ciudadana, concluyó que “jugar a eso me parece que no tiene rédito político para nada”.
Fuente : lr21.com.uy
