El futuro ministro de Educación y Cultura, José Carlos Mahía, declaró en entrevista a Nada que perder que, si bien “ha fluido información” en la transición, la realidad de la repartición es “un poco más delicada de la que se pinta”.
Mahía enfatizó la necesidad de conocer a profundidad, desde el punto de vista económico, cuáles son los compromisos financieros pendientes, incluyendo gastos que se debieron haber pagado en 2024 y quedaron para este año, así como las obligaciones derivadas de la contratación en distintas unidades del ministerio.
El jerarca entrante destacó que existen desafíos en la coordinación interna del Ministerio de Educación y Cultura, especialmente en relación con las modalidades de contratación y la gestión de pagos a funcionarios, algunos de los cuales incluyen causales de jubilación. “Tenemos que estar muy atentos en cada unidad ejecutora, para determinar cuál es el panorama actual y cuánto de lo comprometido se ha gastado, y cuáles son las proyecciones para 2025”, afirmó, subrayando que la falta de información precisa podría traducirse en un déficit mayor al reportado.
Asimismo, el futuro ministro remarcó la importancia de fortalecer la coordinación con la ANEP y de retomar la autonomía del sistema nacional de educación pública, a fin de resolver de forma integral problemas de derivaciones injustificadas y de atención en el primer nivel.
“La meta es presentar un Plan Nacional de Educación que cumpla con los mandatos legales y que permita una gestión eficiente y transparente, asegurando que los problemas se atiendan con la seriedad y rapidez que la población necesita”, concluyó.
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