El informe de ANEP sobre inseguridad alimentaria en adolescentes, elaborado a finales de 2020, confirmó que la inseguridad alimentaria afectaba al 24% de los hogares. De ese porcentaje, el 5,1% experimentó inseguridad alimentaria grave, es decir, que se quedaron sin alimentos o algún miembro del hogar estuvo un día entero sin comer.
Una solicitud de acceso a la información permitió al semanario Brecha que conozca cuáles eran los datos del informe sobre seguridad alimentaria en adolescentes que solicitó a finales de 2020. El reporte fue realizado por el Núcleo Interdisciplinario Alimentación y Bienestar de la UdelaR y sus resultados fueron guardados por las autoridades educativas durante un año y medio alegando que era material técnico de uso interno.
Este documento informa que casi la cuarta parte de los hogares de estudiantes estaba afectado por la inseguridad alimentaria, indicó Brecha este viernes 26.
De ese 24%, “el 19,1% había experimentado inseguridad alimentaria moderada, es decir que no tenían dinero o recursos suficientes para llevar una dieta saludable, tenían incertidumbre acerca de su capacidad de poder adquirir alimentos o probablemente habían tenido que saltearse alguna comida o se habían quedado sin alimentos de forma ocasional. Mientras tanto, el 5,1% de los hogares había experimentado inseguridad alimentaria grave, lo que indica que se habían quedado sin alimentos o que alguna persona del hogar estuvo todo un día sin comer en más de una oportunidad desde marzo de 2020».
En adolescentes que concurren a liceos privados, la inseguridad alimentaria fue de 5,1%, pero el registro para liceos públicos el dato es del 43,5%. La inseguridad alimentaria grave, por otra parte, fue de 9,7% en alumnos de liceos públicos y de 0,5% en privados.
Un año después, Anep encargó un estudio similar pero en escolares. Según los datos recabados, el 39% de los hogares atravesaron situaciones de inseguridad alimentaria en algún momento de los doce meses anteriores a la encuesta. De ese grupo, el 28% presentó inseguridad alimentaria moderada, es decir, “sus integrantes habían comido poca variedad de alimentos o menos de lo que pensaban que debían comer, habían sentido hambre, pero no habían comido o habían dejado de comer durante todo un día debido a falta de dinero u otros recursos”.
El 11% padeció inseguridad alimentaria grave: “Algún integrante había sentido hambre, pero no había comido o el hogar se había quedado sin alimentos”.
A pesar de todos estos datos, y luego de los artículos de Brecha que afirmaban la situación de hambre y desmayos en centros educativos, el consejero Juan Gabito Zóboli aseveró que la información divulgada en 2022 los tomó “por sorpresa” y dijo en el programa de radio En Perspectiva que “ninguna de estas situaciones ha sido planteada por ningún director ni ningún inspector”. El semanario concluyó que en el momento de brindar estas declaraciones, el informe sobre seguridad alimentaria estaba en el directorio del organismo.
Causa Abierta
